sábado, 14 de abril de 2012

Final de un catarro...¡Qué momento interesante!




¡Hola mis querid@s lectores!

El final de un catarro puede ser un momento muy bueno para descubrir muchas cosas relacionadas con el canto. Me refiero a ese punto donde todavía estamos con mucha mucosidad tupiendo nuestros senos nasales, pero ya tenemos la cabeza lo suficientemente clara para pensar. 
Yo estoy en ese momento ahora. He pasado varios días ronca y con tos que ha derivado en un proceso catarral con mucha pesadez en la cabeza, dolor y millones de estornudos que afortunadamente ya han cesado de producirse.
Como ya os dije en ¡No! ¡Me he resfriado! ¿Y ahora que hago? , la tos es un enemigo importantísimo, pero los estornudos también. He visto imágenes estroboscópicas del sobresalto que sufren las cuerdas vocales en cada uno de estos terribles gestos, y es conveniente dejar unos segundos para que las cuerdas se relajen antes de volver a emitir tanto después de un estornudo como después de una tos. Por supuesto, me refiero a volver a hablar, pues en ese estado ni deberíamos plantearnos el cantar, estaríamos exponiendo las cuerdas a un sobreesfuerzo terrible.
He hablado en otras entradas del paladar blando, y he dejado pasar un poco de tiempo para que os hicierais más conscientes de esa parte de la cavidad bucal tan importante en la conformación del sonido. Hoy, que estamos mocosos, fañosos, tupidos, medio sordos y demás por la espesa mucosidad del catarro, os quiero hablar de otro espacio de la cavidad craneal aún más importante, de ese espacio que precisamente ahora está cerrado. 
Si intentamos emitir un sonido con la boca cerrada, con una "M", por ejemplo, sonará estrepitosamente nasal. Es porque los senos nasales están llenos de mucosidad. Seguramente habréis oído o leído de cantantes que son capaces de cantar sin problemas con un catarro de este tipo, y a los que, además, no se les pilla casi ningún sonido nasal. Yo soy una de ellos. No somos extraterrestres, simplemente cantamos "POR ENCIMA DE LA ZONA DONDE ESTÁN LOS MOCOS" y lo hacemos habitualmente, por eso un catarro así no nos afecta. 
Esta es la verdadera posición donde hay que cantar. Ahí, se garantiza la comodidad y pasmosa facilidad del canto de cantantes como Freni, 



C. Álvarez, Frittoli, Ana María Martinez,



  Netrebko,




Nucci, Paul Pliska, Capuccilli, Pavarotti, Giaccomini, Corelli.... Ahí está, combinada con la presión justa en el apoyo, la afinación de todas esas voces y su "musicalidad sonora". Ahí están la salud y la longevidad de la voz. Ahí está la belleza del sonido.
Y ahora viene lo difícil de explicar. ¿Como se localiza ese sitio? ¿Hace falta estar acatarrado para encontrarlo? Bueno, no es necesario ser un almacén de mocos para localizar el sitio, esa es la buena noticia, pero para algunas personas es extremadamente difícil de encontrar y el catarro de nariz les ayuda. A mi me costó varios años de trabajo intenso localizar ese sitio "especial", pero valió la pena el esfuerzo y el trabajo empleado. Se puede cantar de muchos modos, con éxito, musicalidad y salud; evidentemente lo que yo busco no es "lo único" y, desde luego, no es obligatorio buscar este tipo de sonido, pero esos cantantes llamados "grandes" con los que todos soñamos y que nos gusta escuchar cantan así. Y yo quiero cantar así.
Voy a dar una tanda de imágenes para intentar dar algo de luz sobre esta misteriosa zona (que no lo es). Es muy importante para mi y para todos los que puedan leer esto que me hagáis llegar todas vuestras ideas, dudas, sensaciones, imágenes que os sugieran las mías...para intentar ser capaz de dar con diversas formulas o imágenes que puedan ayudar a un mayor numero de personas. ¡Gracias por vuestra colaboración de antemano! Os adjunto también un diagrama para que veáis la cantidad de músculos que tenemos solo en la cabeza.



1. Cuando vamos en el avión y se nos taponan los oídos, la mayoría de la gente es capaz de soltar esa presión simplemente abriendo un poco la boca y las fosas nasales y levantando el paladar. Se destaponan enseguida.  
2. Cuando olfateamos un perfume nuevo, volvemos a abrir ese espacio; abrimos las fosas nasales mucho mas de lo habítual (siempre con la boca entreabierta, ¿os fijáis?) y elevamos el paladar. Si no es tu caso, incluye esa elevación.
3. La misma imagen de cantar sobre la zona de los mocos podría ayudar también...
4. Imaginad que os dejáis caer sobre ese "colchón" de mucosidad, que el sonido cae desde arriba...


Sistema muscular del cráneo


Mi sensación particular, para "abrir" esa zona es la siguiente:
Respiro a través de la nariz, con la boca entreabierta, dilatando los agujeros de las fosas nasales y las fosas nasales en si; procuro respirar pensando en vertical sin involucrar ni cuello ni base de la lengua ni nada. A veces, para controlar, he puesto el dorso de mi mano en la zona de la papada para comprobar que nada se baja ahí. si algo se baja, estoy endureciendo la base de la lengua y nos conviene aprender a respirar de un modo lo más "etéreo" posible. Al mismo tiempo que respiro levanto el velo del paladar (recordad que nada se debe hacer forzadamente) y dilato las fosas nasales. Tengo que añadir, que cuando hago mis ejercicios respiratorios, lo hago muy despacio, para que la respiración sea algo placentero y no-mecánico.
Y ahora viene el detalle: mientras respiro, dilato y levanto, formo la sonrisa interior. ¡OJO! ¡INTERIOR!. ¿Como saber si voy por el buen camino? A mi se me destapan los oídos, como en el avión y me invade una sensación de bienestar y felicidad.
Asi se debe respirar para cantar, como si nuestra cabeza no estuviera conectada con el cuerpo. Como si la cabeza se acabara por debajo de la nariz. De ahí para abajo la sensación debe ser CERO. Nada de respirar con ruido ni dilatando el cuello. Y como siempre digo que el canto es un puzzle inmenso, este modo de respirar, al mismo tiempo ha de ser bajo. No nos podremos conectar con el aire para apoyar el sonido si respiramos hinchando el pecho. Incluso las respiraciones robadas han de ser muy, muy bajas. "Hinchando" el vientre, como en la respiración del sueño.
Este tipo de respiración (que es la de los bebés) involucra muchísimos grupos de músculos en el tórax, en la cara y por dentro de la boca y nariz. Y como todo lo relacionado con la musculatura, si no se practica diariamente no se consigue nada duradero. ¡Hay que ejercitar estos movimientos musculares! ¡Ánimo!
Y os digo lo que me dijeron a mi: hay que vivir con esa posición respiratoria, sonrisa interna, y todo levantado y abierto por dentro. Es muy fácil de hacer. si lagrimeáis y os tiran los músculos es que estáis levantando demasiado el paladar. La sensación es mas arriba.

Y ahí os lo dejo, observad a la Freni, fijaros bien, no abandona esa posición nunca, ni entre frases ni en ningún momento. Fijaros en la concentración que hay en sus ojos. También Ana Maria Martinez en este video es un ejemplo extraordinario.
Aquí estoy para contestar a vuestras dudas, ocurrencias.... ¡con el catarrazo este, tengo mucho tiempo libre!!



Inténtalo y sabrás que es ... pero no puede ser explicado. No hay necesidad de sonreír con los labios en el rostro, sino que es cómo si estuvieras sonriendo desde el vientre: el vientre está sonriendo... y es una sonrisa, no una risa; así que es muy, muy suave... delicada...frágil...como una pequeña rosa que se está abriendo en el vientre, y la fragancia se está expandiendo por todo el cuerpo. Una vez que has conocido lo que es esta sonrisa, puedes permanecer durante veinticuatro horas. Y en cualquier momento en qué sientas que echas de menos esa felicidad, sólo cierra los ojos y encuentra nuevamente esa sonrisa, y estará allí.


Durante el día, puedes buscarla y encontrarla cuantas veces quieras. Está siempre allí.


del libro Naranja de Osho


¡Muchas gracias por vuestra compañía1

miércoles, 11 de abril de 2012

Anécdotas de ópera. Caer de culo, todo un clásico.


Königskinder  Isabel Rey

¡Hola de nuevo!
En los años en los que hacía el repertorio ligero, había ciertas óperas que hacían que ir al gimnasio fuera innecesario; cantar Norina, Marie, Despina, Adina, Susanna, Zerlina, y sobre todo, ensayarlas durante 5 semanas cada vez que hacia una nueva producción, son la mejor tabla de gimnasia jamás concebida, sobre todo si eres una persona muy activa en la vida y en escena, como yo lo soy. Pietro Spagnoli me dijo una vez cuando cantó Figaro conmigo, que aquello era como ir al gimnasio. Lo mismo me han dicho Luca Pisaroni y Alastair Miles.
Todos esos personajes necesitan, además, una interpretación (bajo mi modesto punto de vista) muy extrovertida. En algunos de ellos a mi me ha parecido necesario incluso ponerme a correr. ¿Y como se corre mientras se canta? Pues como se consigue todo: practicando. Yo siempre canto en los ensayos, pero si la escena es especialmente exigente en cuanto al movimiento, reacciono como si fuera la función; canto y me muevo hasta que averigüo cómo hacer para que la voz no se mueva.
La función que más me ha exigido ha sido siempre Bodas de Fígaro. Entiendo a Susanna como una atleta; para escapar del Conde debe ser ágil y flexible; para atender a una Condesa despechada debe tener cien manos y saber correr; para lidiar con Cherubino debe tener reflejos; para despachar a Basilio debe tener fuerza y para tratar a Fi-Fi-Fígaro debe ser dulce y paciente. ¿Alguna de vosotras se siente identificada? Bueno, yo no, pero sin embargo pienso que el cantante ha de ser un atleta no solo en la voz, sino también en su físico, debe ser ágil y flexible para adaptarse a lo que le piden maestro y director de escena, debe tener cien manos, todas izquierdas, para conjugar lo que una quiere hacer con lo que se ve obligada a hacer, tener reflejos para conseguir que el público entienda aunque tu no puedas entender lo que te piden; debe ser fuerte para resistir planes de ensayos que no están pensados para los cantantes sino para orquestas y técnicos de escenario y debe ser obligatoriamente dulce con sus colegas y paciente consigo misma. ¿Alguien se identifica ahora?
Como veis, la voz no lo es todo. ¿Que tiene que ver la voz con todo lo que he dicho en el párrafo anterior?
Asi que me han visto corriendo, saltando, volando, reptando, siendo levantada por los aires, rodando por el suelo, subiéndome encima de pianos verticales, comiendo a dos carrillos, tirándome al suelo en plancha en plan ¡Banzaaaai!, escondiéndome en los sitios más inverosímiles, subiéndome a camas exageradamente altas y muchas cosas más….siempre cantando, claro. Y encantada de la vida. La mayoría de las veces era idea mia….
Claro, con tanta acción pasan “cosas”, “imprevistos”, elementos que “desaparecen”, pérdidas de equilibrio con caída incluida o algo peor, con posturas raras que hacen reir al público o a los colegas…me he caído un montón de veces, algunas terminando en el hospital, como una vez en Viena en un ensayo de la Finta Semplice.
Mi especialidad es caer de culo.
Si.
Solo voy a contar tres ocasiones, ¿vale? No quiero abusar ni crear la ilusión de que me caigo todas las noches.
En la producción de Bodas de Fígaro de Jürgen Flimm que se grabó en DVD desde la Ópera de Zürich, tanto Jürgen como yo desplegamos toda nuestra imaginación. Habíamos hecho ya una producción en Amsterdam muy divertida y había “gags” que se repetían y otros que surgieron gracias al nuevo decorado. El set del primer acto era espectacular: una habitación fea y destartalada con el suelo de parquet todo levantado y arqueado por la humedad. Mirando desde el público había, a la derecha, un muro lleno de puertas (que también tienen su anécdota) que daban a las habitaciones del Conde; en el centro, una puerta por donde se entraba a la habitación y a la izquierda, aproximadamente a un metro del suelo, la puerta que llevaba a las habitaciones de la Condesa. En el set había además, una especie de cosechadora antigua tapada con una sábana, y una escalera en la que Fígaro estaba subido al principio del acto pintando la pared.
La escalera se colocó estratégicamente delante de la puerta de la Condesa porque en los ensayos se vió que no era fácil salir por allí sin ayuda.
La manera de trabajar de Jürgen es genial, nunca decide por donde entras o sales hasta que no se ha desarrollado la escena completa, sobre todo si se saltan escenas. Tiene lógica. Ensayamos mi segunda entrada a escena con un elemento que ya habíamos usado en Amsterdam: una bandeja descomunal. Jürgen quería ver en aprietos a Susanna con aquella bandeja enorme y pesada con su tetera, su taza, su azucarero, su plato con el croissant a medio comer…había mas cosas, pero ya no lo recuerdo bien. Imaginad que debía salir con aquella tremenda bandeja y bajar por la escalera de tijera…nada fácil, y muchas risas, pero lo consegui. A los pocos días se ensayó desde el principio el trozo del primer acto que teníamos ensayado; montaje de la cama, “addio, addio, Fi, Fi, Figaro bello”, aria de Fígaro “Bravo signor Padrone”, recitativo y aria de Bartolo… y mi salida con la súper bandeja. Susanne Zahler, la regidora, me la daba y me abría la puerta desde dentro. Me dispongo a salir…¡y la escalera no está! Miré a todos los lados y no veía modo de bajar, pues la escalera estaba, por primera vez, a un buen par de metros de distancia de mi…¡y nadie se había dado cuenta del detalle! ¡Ni siquiera viéndome de pie en el vano de la puerta! ¿Quién se llevó la escalera? ¿Por qué no paraban la música?
Acostumbrada como estoy a improvisar en los ensayos (un gran número de directores basan su trabajo en nuestras improvisaciones) y visto que la música no paraba y tenia que seguir con la escena dejando la bandeja sobre un balde puesto del revés para pelearme con la Marcellina, que ya estaba cantando, decidi: me dejé caer de culo con mi bandejota donde mis pies se habían parado dejando las piernas colgando y luego me escurri con un medio salto hasta el suelo. 
Ruido de culada, grito sofocado mío, loza que choca, caminar renqueante hasta la nueva posición de la escalera donde dejo atravesada la bandeja, mano a masajear el culo dolorido y tremenda carcajada de Jürgen Flimm y de todos los presentes. ¡Por fin se paró el ensayo…! Es Fígaro quien se lleva la escalera… 
La cosa resultó tan cómica que quedó como parte de la “regía”… y ahí me veis caaada noche dejándome caer de culo porque un día la escalera no estuvo en su sitio. Creo que hice esa función unas 40 veces… y encima el director de la grabación no lo pinchó, ¡En el dvd no se ve! ¡Aaaaaarrrrggg!
Pero eso no era todo lo que pasaba en esa escena, la batalla con Marcellina era campal, jajajajaja, entre otras lindezas le tiraba una taza de te por la cabeza, (nada de fingirlo, era agua pura y dura) le lanzaba una escoba para ver si se caía, la obligaba a ayudarme a doblar una sábana (impelida por el “marujismo” que parece ser que los directores de escena creen que a todas las mujeres nos asalta al ver una sábana sin doblar), y no contenta con eso intentaba pintarla con la brocha de fígaro con una pintura azul ideal. 
Aquella brocha estaba preparada con un poquito de pintura (un poquito), pero claro, los técnicos van rodando y un día me pusieron un “muchito” y la pintura goteó por el suelo…a Marcellina la puse perdida, yo me salpiqué toda la cara amén del escote y del vestido (azulón, ¿eh?) y cuando corrí a recoger el “contratto nuzziale” del suelo para pintarlo también y tirárselo a través de la puerta, resbalé y como no, caí de culo estrepitosamente, de nuevo con gritito incluido, dolorida y masajeándome la zona mientras cantaba “va la, vecchia arrogante”. El público no reaccionó mucho, pero entre cajas mis colegas se doblaban en dos de la risa. En la pausa el aguarrás iba de camerino en camerino.
Muchos años después, volví a tener mi percance favorito. Estaba cantando Königskinder de Humperdinck, una ópera maravillosa. En la escena en que los dos adolescentes de la historia se conocen, el hijo del rey pide agua y la chica le enseña a beber de un riachuelo. En nuestra escenografía, no había bosque, ni choza, ni riachuelo.

Königskinder Jonas Kaufmann-Isabel Rey

Estábamos en un hangar, que casi parecía un gimnasio porque había un par de canastas de baloncesto, y el riachuelo era un lavamanos por el que salía agua de verdad, que estaba pegado al portal. Mi príncipe era Jonas Kaufmann y desde el centro del escenario bien sentado en una banqueta me pedía agua. Yo salía disparada hacia el lavabo, cogía agua entre las manos y corría a llevársela pero se me escurría entre los dedos, y volvía otra vez a buscar más. Después de varias intentonas, divertido, él se acercaba y conseguía beber de mis manos una vez que yo le enseñaba como se hacía.
En una de las funciones resbalé con el agua caída y ¡yess!, caí de culo con las piernas estiradas delante. Vaya, lo que se conoce como un resbalón de libro. Jonas se acercó corriendo a levantarme, muerto de risa, como yo, y no pudimos cantar mucho de ese trocito, ¡jajajajaja!
¡Y esa es mi especialidad! No os preocupéis que si me he de caer, nunca será de boca, ¡jajajajajajaja!
Hasta pronto, mis querid@s lectores, ¡gracias por deteneros en este blog!