lunes, 20 de febrero de 2012

Anécdotas de ópera: El arte de morirse.

Hola a Tod@s, mis queridos seguidores!

Mi carrera empezó a coger vuelo cuando firmé con el teatro de Zurich. Hasta ahí yo había cantado solo tres operas: Sonnambula, Viva la Mamma y Rigoletto. Os hablo del año 91. ¡Qué poco sabía yo de la vida! Ni de la privada, ni de la de artista de la ópera, esas cosas no las enseñan ni los padres (por más que lo intenten), ni los Conservatorios de Música (que no lo intentan bastante).

Y digo que sabía poco porque mi relación con la muerte había sido (afortunadamente, por otro lado) casi nula. En esos años yo ya había perdido a tres de mis abuelos, aunque nunca fuí a sus entierros porque a mi familia no le parecía oportuno que unos niños vivieran semejante experiencia. Tampoco había visto demasiadas obras de teatro y las únicas óperas que había visto eran comedias y el Don Giovanni, que tiene una forma de morirse que... como que no es muy normal.

Asi que en el año 91, cuando debuté Romeo y Julieta con Francisco Araiza yo no tenia ni idea de como se moría uno en escena. Y esto lo digo para que tengáis compasión de mi.

Año 1991


Pero, ¿quien enseña a morirse a los cantantes en escena? A los noveles sobretodo.... Pues es difícil de explicar, depende de con que directores de escena o asistentes de escena te encuentres... La diferencia a veces la marca el detalle de que estés haciendo una nueva producción o una reposición, como era el caso de este maravilloso Romeo y Julieta. Nadie me explicó las claves para morirse bien en escena. En mi repertorio de los 90 y principios de 2000 tuve que morirme muchas veces y en varios títulos: en Rigoletto, en Lucía, en los Diálogos de Carmelitas, en Pellèas y Mèlisande, en los Cuentos de Hoffmann.... Pero todas estas muertes, salvo la de Rigoletto, fueron posteriores a este Romeo y Julieta, y tampoco me hubieran ayudado porque son muertes "fáciles".

¿Que quiero decir con muertes "fáciles"? Vamos a analizarlas....
En Rigoletto morirse está chupado, cantas, cantas, cantas y de repente Verdi te deja colgada en mitad de una palabra...asi que "pre....ge..." y ¡bum!, ¡muerta!. Rigoletto reacciona enseguida y....vaya, que está "tirao". 
En Los Cuentos de Hoffmann, a la muñeca se la cargan casi siempre estando la cantante fuera de escena  (un detalle), así que.... "¡Tirao!"
En Lucia te mata la cadencia, todo el mundo lo sabe, así que solo tienes que dejarte caer para atrás, el coro amablemente te ayuda a no darte la costalada y te rodea, impidiendo así que tengas que morirte "en vivo" delante del respetable.
En los Dialogos de Carmelitas, es terriblemente difícil (¡afortunadamente!) guillotinar a las monjitas sin que alguna o todas mueran en el intento, así que cuando oyes el ruido, te tiras al suelo, o te apagan la luz, o te hacen salir de escena por una pasarela....hay muchas opciones que esquivan el momento fatal.
Pèlleas y Mèlisande podría ser una de esas muertes "difíciles", pero en la producción que grabé en DVD lo resolvieron de modo en que la que se moría era una muñeca de tamaño natural con mi cara hecha en un vaciado de silicona de mi propia cara (no daba nada de grima) y yo me paseaba libre por el escenario jugando con una pelota de oro. Precioso y su-per-fá-cil.

Romeo y Julieta 1991 con la Magnífica y altísima Birgit Remmert que cantaba Gertrude.
Posteriormente me he muerto ya en otras operas y en otras circunstancias, en Königskinder, envenenada a la vez que mi amor, el hijo del rey....en Masnadieri de nuevo comiendo hierro de la mano y la espada de Carlo, mi amor perdido... La de Masnadieri, os lo imagináis, ¿no? Fácil, estocada y ¡Bum! ¡Muerta!
La de Königskinder podía haber sido como la de Romeo y Julieta...., pero ya tenía mas de 20 años de muertes violentas en el cuerpo, así que fue pan comido. Una muerte preciosa.

Pero, ¿que hay del Romeo? Ahí no tienes escapatoria.... y además, emotivamente es muy duro, os explico. Romeo, creyendo muerta a Julieta se bebe un vial de mercurio. Imaginaos el estropicio. La muerte es lenta y dolorosa, pero los tenores saben como hacer para que no se note, se cantan el duo maravillosamente mientras el mercurio los deshace por dentro. Pero ella se despierta encantada de la vida sin saberlo. Debe ser espantoso ver morir a tu amor sin poder hacer nada por él así que Julieta, descubriendo que se ha envenenado, le quita la daga que todos los Romeos llevan en el cinto y se la clava. Cantan juntos el dúo, una última frase al unísono y se mueren. Fin de la ópera. Araiza, muy inteligentemente, se murió enseguida. A fin de cuentas se estaba muriendo desde antes de que yo me clavara la daga....  Asi que en mi debut como Julieta, cuando Romeo murió, lo miré, hice un gesto de angustia y me dejé caer a su lado. Lo siguiente que hice fue morirme.... dejé caer el brazo colgando. Al poco, mientras la música sonaba, como estaba un poco incómoda, dejé caer la cabeza también hacia un lado para descansar el cuello, lo que, al parecer, corroboró al público que me había muerto por segunda vez. Ya contenta porque había consumado mi muerte, me di cuenta de que estaba tumbada boca arriba, con el brazo colgando y la cabeza vuelta hacia un lado, ¡¡con una de las piernas flexionadas!!! ¡¿Quién se muere de una puñalada en los abdominales con una rodilla para arriba?!  Asi que dramáticamente, dejé caer también la pierna con brusquedad para que resultara definitivo. ¡Bum! ¡Muerta! ¡Por fin!.   

Tras los aplausos, mi marido vino al camerino. Tenia lagrimas en los ojos. Normal, pensé, ha sido un debut con muchísimo éxito. 
Mi chico se acercó a mi, me besó y se sentó. Y lo primero que dijo fué: "¿que te pasó? ¡Te has muerto tres veces!"

Y a partir de esa función ya se me quedó grabado para el resto de mi vida operística cómo morirse:
 ¡UNA SOLA VEZ!

Muchas gracias por estar ahí, espero que os hayáis divertido.
¡Hasta muy pronto!

lunes, 13 de febrero de 2012

Navidad, manualidades, dulces y ¡estudio!



Hola a tod@s!!

Seguro que ya pensábais que no iba a volver, pero aquí estoy de nuevo con muchas ganas de contaros en que he andado perdida desde las Navidades, y ¡he andado en muchas cosas! 
La última vez que escribí estaba en medio de unas funciones de Bohème en Génova, con un catarro la mar de importuno... Me recuperé totalmente ya en mi casa, pero como debía estar calladita después de haberle pedido tanto a mis queridas cuerdas, aproveché para hacer otras cosillas, como hacer mis regalos de Reyes y aprender de paso algo práctico. Es una manía que tengo, jajaja, siempre hacer algo con provecho. 
La última vez que pasé un tiempito en casa, me apeteció matricularme en un gimnasio para hacer algo de ejercicio tipo aerobic o así, pero al final, acabé haciendo Jiu-Jitsu gracias al consejo de mi marido y un amigo. Aprendí defensa personal y muchas otras cosas y estoy deseando tener otro par de meses libres para ver si paso al cinturón amarillo.
Estas Navidades tuve ataque de Patchwork, hacía tiempo que no tenía uno tan fuerte, y aunque la pasada primavera estuve trabajando en una colcha enorme que aún no termino, esta vez me dio por buscar blogs sobre el tema en internet y me quedé encantada con la cantidad enorme de bloggers que ofrecen tutoriales, patrones, fotos, ideas....
Hubo uno que me pareció estupendo y lo puse en mis favoritos, se llama Pink Penguin-Ayumills y de allí saqué el modelo para hacer unos bolsos-cesta de Navidad. Encontré una fantástica tienda de telas para Patchwork y me compré unas cuantas pensando en hacer unos bolsitos navideños a mis cuñadas.



Y me lié a cortar, coser, acolchar..... El primero me costó bastante hacerlo, pues no hacía otra cosa que equivocarme y tuve que deshacerlo hasta tres veces. Pero al final conseguí terminarlo y no que ¡él terminara conmigo! Aquí os pongo un par de fotos para que veáis que lindos quedaron:



Este fué el primero, el que hice y deshice mil veces, me dio mucha lata el forro interior, siempre lo colocaba del revés. Lo deshacía, miraba el modelo en el blog colocaba las telas cuidadosamente...... ¡y volvía a estar del revés!! Jajajajajajajaj




Este fué el último que hice, del que estoy especialmente orgullosa, ¡me quedó tan bonita la mezcla de telas! Toda la ropita de los hombres de nieve está acolchada lo que le da un relieve muy gracioso. 
Lo bueno del patchwork es que lo puedes llevar en la maleta (al menos para hacer estas cositas y los inicios de las colchas o plaids, pero una vez que juntas todos los trozos de tela, y le añades la guata, es imposible llevarlo en una maleta...por eso llevo 15 años sin acabar la colcha, solo la puedo acolchar cuando estoy en casa, (o sea, muy poco) y coser en cualquier momento o en casi cualquier lado. A mi me entretiene y me relaja, y luego me encanta ver lo que he hecho.

Y para terminar esta racha de patchwork, se me ocurrió hacer un neceser a una de mis sobrinas, no tenía mucho tiempo (que si mucha tela) y quería ponerle una cremallera, así que me puse a buscar modelos; internet, una vez más me dió la solución. No tenia ni idea de como poner una cremallera así que lo primero que busqué en Youtube es un tutorial que explicara como coser una cremallera, y después de ver lo fácil que es, me puse manos a la obra. No tengo máquina de coser y tampoco se usarla, así que todos mis bolsos están hechos a mano de arriba a abajo, mas artesanal imposible. Y mas lento tampoco, jajajajajja, cuando veo en los tutoriales lo rápido que cosen ellas con la máquina....y yo ahí despacito intentando hacer todas las puntadas iguales.
Asi me quedó el neceser...



También acolché las fresitas y los puntitos de las fresitas. Enla foto se aprecian las puntadas; quedó súper coqueto con su cremallera y su forro blanco.



Bueno, esto me tuvo entretenida durante las Turandots de diciembre y mientras esperaba a ponerme bien en Génova. En cuanto llegué a casa para celebrar la Navidad me preparé para otra clase de trabajos manuales, ¡los que se hacen en la cocina!
Esto de conocer tanta gente es genial, gracias a Facebook, me enteré en el muro de mi colega Estefanía Perdomo, soprano canaria bellísima y muy simpática, de que en Las Palmas iba a dar un curso de repostería una amiga suya, y me apunté con mi cuñada Graziella, que es muy cocinitas y le encantan estas cosas. Se trataba de hacer cupcakes con adornos de Navidad, y las fotos que colgaban en el blog de mi maestra, www.ladulcemagdalena.com eran y son espectaculares. 
Asi que aprendimos a hacer estos deliciosos dulces en una compañía simpática y relajada, y ¡estos son algunos de mis primeros cupcakes!!



Por supuesto, tenía que hacer uno con coronita, pues, por si no lo sabéis, como decían los Monty Python, es bueno ser Rey, ¡jajajajajjajajajajaja!




Y aqui el surtido completo con el que nos fuimos cada una a casa. Estaban preciosos, tanto que daba pena pensar en comerselos....pero una vez probado el primero, ¡¡¡que difícil parar!!!


Y aquí mi profesora dándome el diploma "Cum laude" que saqué....jijijiji, ella también es cantante y fué muy bonito conocernos entre azúcar y buen rollito navideño. Estoy deseando hacer el próximo curso y poder devolverle los conocimientos aprendidos con algo de canto, o de patchwork, por ejemplo.....



Y lo mejor de todo: un buen cupcake de jengibre (como lo era éste) es el aliciente perfecto a la hora de estudiar una obra difícil como la que estudié durante las fiestas navideñas, el "Rubaiyyat" de Antón García Abril. Un mordisco, unas cuantas frases.... otro mordisco, más frases..... otro mordisco....¡caramba, que rápido se acaban los cupcakes!


Bueno, pues esto es todo de momento!! Estoy preparando otro tutorial sobre el apoyo que espero que encontréis interesante, y tengo otro en el horno sobre el estudio de las coloraturas a petición....asi que temas, como veis, no van a faltar.

Saludos y hasta pronto!!